domingo, 15 de junio de 2014

Los genes que regulan la personalidad

En el programa de Redes nº 115 del 18/12/2011, Punset entrevistó a Dean Hamer.
Dean Hamer ha estudiado este tema y sus trabajos están encaminados a ver como componentes de nuestra personalidad, como la espiritualidad, la sexualidad, etc., están condicionados por nuestros genes.
En un experimento con ratas, a las que le habían colocado electrodos en el cerebro,  cuando las ratas se acercaban al borde de la jaula les producían una descarga en el cerebro que resultaba en que todas las ratas preferían estar en el centro e la jaula en vez de cerca de los barrotes.  Se encontraron un caso en el cual una rata en la que constantemente se acercan a los barrotes para recibir una descarga.  Se descubrió que esta rata tenia el electrodo conectado a un núcleo , que es el órgano encargado de liberar la dopamina; y si este órgano recibe una descarga, la experiencia se convierte en la mas placentera que se pueda obtener.  Si se conectaba este electrodo a un núcleo preferían estas descargas a cualquier otra cosa, comer, el sexo etc.  A través de estas investigaciones se descubrió que hay un gen que se encarga de liberar la dopamina en cerebro, y esta relacionado con el nivel de felicidad de las personas a lo largo de su vida.
 
Dean Hamer sostiene que el nivel de espiritualidad de cada individuo tiene un componente genético.  La espiritualidad, entendido no solo como un componente religioso, nos habría ayudado en nuestra evolución como una forma de superar los momentos ingratos que nos depara la vida, y por lo tanto nos daría fuerza y empuje para seguir adelante.  En sus investigaciones con gemelos idénticos, mellizos y hermanos,  realizó test para medir el nivel de espiritualidad de los individuos y posteriormente realizó análisis moleculares y genéticos de los dichos individuos para tratar de encontrar un vinculo. Dean Hamer descubrió que existe un gen, el VMAT2, relacionado con la producción de dopamina y serotonina en el cerebro, ligadas a sentimientos como el placer, la motivación y la ansiedad entre otros.  Resultaba que los individuos que tenían una versión especifica de ese gen tenían índices de espiritualidad mayores que los que tenían otra versión de dicho gen.  Además Dean Hamer sugiere que puede que este gen no sea el único, y que además existen otros factores culturales y familiares que determinan este grado de espiritualidad.  Al contribuir la genética a la espiritualidad, esta seria hereditaria y por lo tanto habría contribuido a nuestra evolución, creando individuos mas optimistas y preparados para afrontar las adversidades.
Otra línea de investigación sobre la que Dean Hamer trabaja, es en la predisposición genética del individuo en su comportamiento y orientación sexual.  Según Dean Hamer los genes determinan el 50% de la orientación sexual.  Dean Hamer hace casi 20 años realizo un estudio sobre 114 hombres Gays y sus familias.  Comparo la orientación sexual de los ascendientes de estos individuos, y comprobó que había mayor proporción de individuos gays en la familia de la madre que en la del padre; esto parecía implicar que algunos genes del cromosoma X o Y podrían estar implicados en la orientación sexual.  Dean Hamer, y posteriormente otros científicos han propuesto varias zonas del ADN relacionadas con la orientación sexual.  Se supone que la evolución favorecería la transferencia y prevalecía de los genes heterosexuales, al producirse la reproducción entre individuos de distinto sexo, ya que los individuos gays al preferir parejas del mismo sexo no tendrían descendencia, entonces: ¿Cómo es posible de dichos genes hayan perdurado y llegado hasta nuestros días?.  Dean Hamer y otros científicos aportan varias hipótesis.  Para empezar estos genes no son 100 % determinantes ni únicos, pudiendo dichos genes constituir una predisposición a la orientación sexual, pero la cultura y el ambiente juegan un papel igual o mayor.  Por otro lado esta predisposición, no excluye que se puedan transmitir dichos genes teniendo descendencia.  De hecho en aquellas sociedades represivas que no reconocen la homosexualidad como un comportamiento natural, estos individuos llevarían una vida heterosexual y tendrían mas descendencia, y paradójicamente, la proporción del gen que predispone a la orientación sexual gay seria mayor.  Además, Dean Hamer y su equipo, observaron que en las familias de los individuos gays había mayor proporción de mujeres heterosexuales que en el resto, y esto favorecería la transmisión de dichos genes.  De todas formas, ser o no gay es un cumulo de circunstancias en las que las genéticas predisponen, pero no determinan.
“Todo lo que hace el cerebro está influido por los genes que lo codifican”.  Dean Hamer.

1 comentario: